HISTORIA DEL C.E.I.A.

El colegio nace al quehacer educativo en la década de los 80, arraigado en este puerto donde históricamente existía un alto índice de cesantía producto de la recesión de esos años y, de las políticas imperantes de gobierno.Es así como un grupo de profesores, encabezados por el que hoy es el director de éste, da inicio a un proceso de alfabetización a un gran grupo de personas que eran absorbidas por los programas de empleo de esa época, para luego continuar desarrollando esta labor como una verdadera tarea titánica que le toca encabezara la profesora y jefa de la Unidad Técnica Pedagógica, señora Fala Arancibia Ortiz, quien junto al Director, Sr. Gustavo Medel Niño, le dieron una sólida estructura que perdura hasta estos días.La escuela 10, ubicada en un edificio de muy malas condiciones, se inicia este proceso; ventanas rotas, salas sin puertas, pisos deteriorados por el pasar del tiempo; pero el espíritu de estas y otras personas que constituían la planta tanto docente como directiva no decae y con un convencimiento muy propio que lo que ahí se estaba haciendo era lo correcto para la comuna de Talcahuano y sus alrededores.A pocos años de estar en este establecimiento, nuestro director nos informa que debemos irnos, puesto que los terrenos que ocupa la escuela son propiedad de particulares, por lo cual debemos reubicarnos en otro establecimiento iniciando una vida de "gitanos" de la educación de adultos de Talcahuano.Primero se nos traslada a la Escuela Nº, jornada de la tarde y noche. Pero esto no logra que el espíritu de estos emprendedores decaiga, sino que se fortalece aún más y se continúa la lucha por un local propio.A partir de esta escuela se nos traslada al sector de Hualpencillo, hoy comuna de Hualpén, al patio trasero del Liceo A-87. (Por un período de dos años)Posteriormente, de nuevo se procede a un traslado, ahora a un espacio que no se comparte con otro colegio sino a las instalaciones de lo que es el Sindicato CAP, cuya edificación se encontraba en precarias condiciones.
Cabe recordar que todos los integrantes del CEIA llegamos un fin de semana, escoba en mano y botas a lavar pisos y murallas ya que se encontraban a muy mal traer y las clases deberían empezar en solo algunos unos días más:Con la llegada del invierno, aparecen las primeras filtraciones por la losa superior que hacía las veces de techo, lo que nos lleva a hacer clases en salas húmedas, malolientes y entre tachos que recogían el agua de estas filtraciones.Pero ni la existencia de estas dificultades logra amilanar los deseos de seguir luchando por lo que se creía justo y merecido, un edificio que reuniera las mínimas condiciones para atender a una población creciente y, a través de las gestiones hechas por el SEREMI de Bienes Nacionales se logra que a las Américas se le entregue en comodato un terreno ubicado en el sector Las Salinas, de Talcahuano: un primer paso y un gran triunfo. Sin considerar todavía ¿Cómo se podrá buscar el financiamiento para la construcción del edificio?Para colmo de males, aparte de todas la penurias que no se han relatado, en una oportunidad llegan funcionarios del SNS quienes proceden a hacer una revisión del establecimiento, a partir de la cual lo declaran insalubre y de riesgo para la población que alberga, ya que la losa que hacía las veces de techo estaba cediendo por la continua humedad y empozamiento de agua que en ella existía.Por estas razones se debe hacer abandono de este recinto e irnos a otro establecimiento de educación básica ubicado éste en el sector Higueras, específicamente a la escuela D-505donde por primera vez, se nos recibe con cariño y nos ceden sus espacios para poder realizar la labor de educar. Allí estuvimos de paso, pero muy bien acogidos. Luego el DAEM se compromete con nosotros a arrendar depencias ociosas del Liceo La Asunción, donde permanecemos hasta llegar hoy a este establecimiento que nos alberga y que, cada uno de nosotros lo sentimos como propio y nos permite recordar las penurias pasadas, llegando a concluir que como todo cuento, el final es siempre feliz.
La mención de esta historia obedece a la necesidad de hacer justicia a esa serie de recuerdos, de aquellas personas que nos enseñaron a mantener la fe en este sueño que hoy se ha convertido en una monumental realidad. Gracias por ser parte de esos sueños.